En el cocktail de fundadores

Resumen

En el primer día de nuestra fundación excelsa, flotó el Espíritu de Dios sobre las mentes ávidas de quienes buscábamos quiméricamente un impoluto ámbito de luz que sirviera de claustro perdurable a la noble impaciencia de nuestros sueños. Hace diez y seis años, la Universidad Pontificia Bolivariana no era una mole física, ni siquiera una modesta residencia o un decoroso habitáculo que permitiera asilar a sus fundadores. Pero sí era una adivinación, un presentimiento, una evidencia, una corazonada, y más que todo esto, la Universidad Bolivariana era una arquitectura interior, como lo sigue siendo hasta el presente, ya que surgió ascensional y vigorosa por la imperceptible fuerza del divino "fíat" que acompaña :Siempre a las creaciones sobrehumanas.