Pastoral para la tercera edad
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Abstract
Siempre leo con deleite y especial atención el hermoso diálogo de Cicerón sobre la vejez, y me llama la atención cómo un pagano, hasta quien no llegó la luz de la revelación judeo cristiana, tiene una visión tan positiva de esta edad y frases de un optimismo que reconfortan y sosiegan. "Si algún dios, dice, me hiciera la gracia de regresar de esta edad y hacerme otra vez niño y volver a los vagidos de la cuna, con todas mis fuerzas me opondría: no querría yo, cuando ya casi termino la competencia, verme de nuevo en el punto de partida" ( 1) . Y con gran seguridad, al sintetizar sus pensamientos en el final de su diálogo, escribe: "Por todos estos motivos (que en el decurso del diálogo ha expuesto), oh Escipión, la vejez es llevadera, y no sólo exenta de molestias, sino también agradable. Que, si me equivoco por creer inmortal el alma humana, gustosamente me equivoco y no quiero que, mientras viva, se me saque de este error ... Esto será lo que tenía que decir de la vejez, !a la cual os deseo que lleguéis!, para que experimentéis personalmente lo que de mí habéis oído").