Las escuelas no son muros (Oír la voz de quien aprende)

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Memo Ánjel

Resumen

Elías Canetti (Premio Nobel de Literatura, 1981) se preocupó por ver y oír. En sus libros escribe sobre la lengua que se suelta, los oídos que se iluminan y los ojos que juegan. Y en este mundo, en el que los sentidos no son estructuras, sino florecimientos, el mundo aparece constantemente desde las voces más elementales (las que se asombran con el agua, el aire, el fuego, la tierra y el espacio). Voces que provienen de los niños o de cuando él se volvía niño para tener más preguntas que respuestas. Así, en calidad de testigo oidor, de alguien que oye voces sin que le importe que las entienda o no, pues no es el significado de la palabra, sino la musicalidad la que la enriquece y el contexto en el que nombra, aparecen nuevos escenarios, otros caminos, más ventanas para ver la realidad y, aunque moleste, eso que no se quiere ver ni oír, pero que está ahí.

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