Sobre territorios y culturas
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Resumen
Somos animales de rebaño y de horizontes. Y así caminamos y nos hacemos hasta donde nuestras posibilidades pueden. Unos pueblos continúan andando (los nómades) y otros se detienen (los sedentarios), pero en los primeros y los segundos la identificación es el nosotros. Y ese nosotros contiene una lengua, unas tradiciones, unos criterios frente al otro unas redes parentales y unas formas de ver el mundo. Y en este punto, los hombres, y la cultura que va con ellos, construyen un espacio, un lugar y un sitio. El espacio es su territorio, el lugar es donde se asientan y el sitio es donde ejercen sus oficios. Tomando un cuadro de Pieter Brueghel, el Viejo, vemos un horizonte, una aldea y gentes haciendo cada una su tarea. Y esto que hacen las personas en esa extensión de corteza terrestre (como llama Peter Sloterdijk al territorio), es lo que nos permite ver la creación del nosotros en una estructura determinada en la que hombres y naturaleza conviven con naceres y morires, siembras y cosechas, inviernos y veranos, formas del cielo y estrellas de la noche.