José Eusebio Caro
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Resumen
Durante ciento cincuenta años el pensamiento colombiano ha avanzado paso a paso, abriéndose camino difícilmente entre una tupida red de emociones más bien colectivas que individuales. La gran tragedia de nuestros hombres superiores es la de que cada nueva etapa no aparece nítidamente engendrada en un hombre sino que es la tonalidad genérica de una generación. Y ésa es la tremenda dificultad que encuentra el historiador o el filósofo para tratar a un hombre como José Eusebio Caro. No es evidentemente un genio de aquellos que son capaces de trasladar súbitamente a la sociedad de una forma de vida a otra más elevada. Desde éste punto de vista el único hombre en quien podemos reconocer inmediatamente ésos rasgos es, remontándonos hasta las cabeceras de nuestra historia, la figura de Simón Bolívar de cuyo labio prieto despunta un continente. Descendiendo desde allí, todas las figuras más poderosas de nuestra historia aparecen sumergidas en la torrentera, vía al abismo, en un desplazamiento geológico de la anarquía que ya al propio Libertador se le iluminó en un relámpago y sintió pesimismo por la obra frustrada. "Aré en el mar y edifiqué en el viento" es una frase que no lo es sino un apesadumbrado diagnóstico que ningún otro creador de pueblos se ha tenido que formular y que, en cambio, cada hombre sincero de los nuestros ha tenido que decir en ciertos momentos abisales de su destino. Este José Eusebio Caro no tuvo tiempo siquiera de decirlo. Su vida fue un combate cuerpo a cuerpo con el tiempo y su obra toda está cruzada de un afanoso ritmo que era "su trágica prisa hacila la muerte". Nacido en plena guerra de independencia, es decir en el caos, apenas sobrevivió treinta años al estelar suceso. En treinta y seis años de vida escribió poesía, ensayos, guerreó y fundó un partido político. (...)