Valor de la vida, de la salud, de la enfermedad y de la muerte
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Resumen
Para juzgar del valor de la vida, de la salud, de la enfermedad y de la muerte se parte de los elementos constitutivos del hombre, ser que no cabe en los límites de ninguna definición, a saber: un ser abierto a los valores, trascendente, racional, libre, responsable, contingente, histórico, social, un ser-e n-el-mundo, un ser cuya existencia es "tarea", "proyecto", "algo por hacer", un "quien", una persona. La vida se califica como el mayor valor, el primordial, por ser indispensable para poder llevar a cabo la evaluación y la realización de los otros valores. Se analizan algunas características de la vida humana. Se destaca cómo ese vivir humano es un "convivir", cómo esa existencia es una "coexistencia". La salud es en SI un valor, pero encuentra su cabal sentido, su legitima razón de ser, en cuanto contribuye al óptimo desarrollo del ser humano. Igualmente, esa colaboración a la realización total, plena, del hombre justifica y da significado a la actividad de quienes dedicamos nuestro esfuerzo a cuidar de la salud de nuestros semejantes. Desde el punto de vista racional ni el sufrimiento ni la enfermedad ni la muerte tienen una explicación satisfactoria: son absurdos. La enfermedad puede convertirse en factor positivo si induce a la persona a tomar conciencia de sus capacidades, de sus reales dimensiones y le permite, además, realizar los valores "de actitud", La muerte como uno de los límites de la existencia -el otro es el momento inicial-, pertenece a la vida y adviene normalmente a causa del cuerpo. Sin embargo, gracias a éste se es persona, sin él ésta no existe como tal. La idea consciente o inconsciente de la muerte moldea en una u otra forma el "proyecto" de la vida de cada quien, le da unidad, totalidad, y obliga a cada hombre a asumir en su propia existencia el pensamiento del "más allá". Esto le confiere al límite terminal un valor positivo en la vida humana.