Plomo con sabor a pan
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Resumen
El cielo estaba gris, se había puesto así hacía mucho tiempo, desde que nos mudamos al nuevo vecindario. Mamá y papá se habían ido a trabajar lejos para poder conseguirnos un lugar mejor, eso me decía siempre mi hermano Joshua cuando le preguntaba por ellos, que estaban trabajando muy duro y todavía no podían volver o nos quedaríamos siempre en ese lugar tan frío. Los días olían a polvo, a hollín y a sudor frío cuando nevaba y las noches olían como a sangre y no eran azules ni tenían estrellas, el cielo siempre estaba lleno de nubes grises y los huecos que éstas dejaban eran negros como las puntas de los lápices.