Hacia una cultura del encuentro
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Resumen
En los tiempos que corren parece ser que se ha ido gestando un nuevo tipo de sociedad en la que el consumismo es el núcleo moral de la vida. Todo hoy está sometido a la lógica de un mercado que tiene como nota preponderante la seducción; de ahí que lo lúdico y lo estético pretendan operar hoy en día como ejes integradores de la cultura. Embellecerse exteriormente y divertirse han devenido deberes, tanto que la gente suele sentirse avergonzada de trabajar mucho y no gozar más, de no disponer de más tiempo libre para disfrutar más, con lo cual resulta evidente que seguimos viviendo bajo el signo de la desmesura: en la Modernidad vivimos para trabajar, hoy trabajamos para consumir.