La palabra del Papa y los juristas
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Resumen
Entre los confortamientos que en estos tiempos calamitosos nos han venido de la palabra del Padre Santo, Pío XII, uno de los más preciosos ha, sido la solemne reafirmación de aquella "roca indefectible del derecho natural", sobre la cual deberán apoyarse, a pesar del arbitrio y del egoísmo, las normas del nuevo orden del mundo. (Enc. Summi Pontificatus). Hay, sin lugar a duda, un derecho eterno, como hay una moral eterna: el uno, y la otra, aspectos de la misma verdad, expresión de la misma ley "esculpida en los corazones de los hombres con caracteres indelebles". Así enseñaba San Agustín: "lex scripta in cordibus hoíninum, quam ne ipsa quidem delet iniquitas". La ciencia de ésto, se había manifestado, como es bien conocido, ya en la antigua Filosofía, por la sola lumbre de la razón. Lo recordaba, poco hace, el llorado P. Ives de la Briere, refiriéndose entre otras cosas a aquel testimonio del "alma naturalmente cristiana" que nos es dada por la Antigone sofoclea, con la célebre invocación de la ley "non scripta", frente a las prohibiciones de un impío tirano.