El primer patrono y el primer rector
Contenido principal del artículo
Resumen
Alocución de monseñor Félix Henao Botero al deescubrirse las estatuas de monseñor Salazar y monseñor Sierra.
Mi presencia aquí se explica por la delicadeza espiritual de la Junta organizadora en el Décimo Séptimo Aniversario de la Universidad Pontifica Bolivariana.
Monseñor Salazar me ungió el óleo del cristianismo, me condujo en la primera catequesis, y me nombró rector. Monseñor Sierra ha sido toda mi vida, desde el Seminario hasta hoy, el preceptor de mi labor educacional; por él fuí a Roma, él me colocó en los claustros venerables de la Universidad Pontificia Bolivariana; al partir en el holocausto supremo de su apostolado sin pausas, me sugirió para sucederle en esta cruz de responsabilidades. Tremenda encomienda que yo acepté por obediencia y por ser modesto pero lealísimo intérprete de su pensamiento, misión y compromiso con Dios y con la Patria.