Bolívar y el tamaño de la historia: El Rey Creso de la grandeza, La obligación de empinarnos
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Resumen
La inmensidad de América empequeñeció la magnitud del hombre y de sus obras. Porque desde el Descubrimiento, hasta hace todavía muy poco, el gran desafío del Nuevo Mundo fue la impotencia del hombre ante la naturaleza. El escenario aparecía como demasiado grande para que se advirtieran los hechos humanos. De ahí que durante los cien años de la Conquista, los hechos de nuestra historia tuviesen que ser realizados por semidioses. Tal título merecieron los aventureros venidos de Extremadura y de Andalucía y que se llamaron Cortés y Pizarra Orellana y Quesada y Ponce de León. Fue una constelación de figuras que ennobleció el principio de nuestra historia.
La época del Virreinato arrancó de esa grandeza inicial y durante doscientos años más mantuvo una dignidad difícilmente alimentada por el paupérrimo aporte de una burocracia metropolitana que era, a un mismo tiempo, leal e infecunda. El Imperio Español se mantuvo más por la persistencia de sus lealtades que por sus hechos hazañosos.