Sobre el Tercer Posesivo
Contenido principal del artículo
Resumen
El genitivo (calor solis), primitivamente un hablativo de origen (calor a sole), en las lenguas que declinan sus nombres; en todas el dativo ideológico, sea que lo señale una desinencia o sólo el sentido (alicuius o alicui linguan praecidere = cortar la lengua de alguno o alguno); ciertas preposiciones (litterae a Caesare = cartas de César, ce cheval est á Paul o c'est le cheval de Paul, aunque el latín determina allí en primer término la procedencia, y el francés suele valerse del movimiento contrario); verbos declaratorios del concepto de que se trata (pertenecer, incumbir etc. ), y a veces circunloquios como este de fray Luis de León: "La obligación y la carga que cada uno tiene por razón del estado en que vive", es decir, de su estado: sirven para expresar los diversos matices, así de origen como de fin, y a este lado los económicos (el patrimonio del estado), los intelectuales (el genio de Cervantes), los morales (las heroicas virtudes de los santos) y aun los místicos (¡Dios mío!), de la idea general de posesión, que lleva sus analogías a extremos tan distantes como los que se amigan en la sublime oración que pide el pan nuestro de cada día y promete perdonar a nuestros enemigos. (…)