La madre Castillo
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Resumen
(Hace poco se cumplió el centenario del nacimiento de Monseñor Carrasquilla. No hace falta una memoria de la personalidad y la vida del ilustre levita que elevó a cimas poco competidas entre nosotros la elocuencia sagrada y que valoró las letras colombianas de innegable manera. Aún sus sermones y discursos conservan la frescura de lo nuevo y la vigencia de lo perdurable. Esta revista, para asociarse al homenaje que la nación ha rendido al insigne orador con ocasión del centenario de su natalicio, se enorgullece en publicar el discurso pronunciado al recibirse el autor como Miembro de Número de la Academia Colombiana, el 6 de agosto de 1890).
El Padre Lacordaire empezó su discurso 'de entrada a la Academia Francesa con estas palabras: "Os agradezco que me hayáis hecho académico y que me hayáis nombrado en reemplazo de M. de Tocqueville". Imitando al ilustre predicador dominicano, guardada la inconmensurable distancia que media entre los dos, principiaré por daros las gracias por haberme llamado a formar parte de vuestra docta corporación, y por haberme designado para ocupar el puesto del señor don Sergio Arboleda. Porque si es honra grande venir a ser vuestro colega, es señaladísima sentarse en el sillón que dejó vacío aquel profundo y sesudo escritor, magnánimo servidor de la república, genuino representante de la vieja escuela conservadora. (...)