De las tiendas de los koraichitas al patio de los leones: una historia conceptual de la cultura islámica
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Resumen
- LOS TIEMPOS DEL DESORDEN
Eran los días en que el desierto estaba ocupado por los demonios y, en las cuevas altas, por uno que otro iluminado de Dios y de la locura. Por las noches, los espíritus de la tierra y de los bosques enanos gemían sus condenas y con los Chacales, le aullaban a la luna y a las estrellas.
Eran otros tiempos, tenebrosos, solos, ardientes y fríos: muchos Djins fueron condenados a vivir en el interior de lámparas de aceite y botijas. Hubal y Baal eran la señal de la sangre.
Eran los tiempos de la soledad. De vez en cuando una serpiente venenosa dejaba sus huellas sobre la arena, hasta que las borraba el viento o eran pisadas por los hombres azules y sus camellos, fantasmas vivos de las dunas y las rocas. Ellos, con sus caravanserrallos, transportaban la vida y la muerte, las ideas de Dios y del diablo, los sahumerios y los perfumes, las miradas que enloquecían y las especias. Iban por ese mundo vacío con una idea muy particular de la divinidad y del culto, dispuestos a mezclar todo lo posible con lo imposible: eran los días y las noches donde los sueños se enhebraban con la rutina cotidiana de vivir y morir sin tiempos. (...)