La calle y la convivencia cotidiana

Resumen

La vida cotidiana se caracteriza por la proliferación y el consumo de imágenes. El individuo se presenta ante los demás como si su imagen tuviera un papel activo. El yo es la imagen que refleja en los ojos de los demás, es la aprobación y la admiración de los que le rodean, es la opinión que desata en los demás. Lo fundamental en el cuidado del yo es la preocupación por las apariencias, por encontrar una imagen o una pose que subraye la diferencia, por llevar creativamente el vestido y el ornamento, por estar a la moda. Es la sociedad del espectáculo, de las apariencias que se hacen realidad. Para el individuo «el aspecto exterior asume la función de un test cotidiano de habilidad; a través de una serie de autopresentaciones, el individuo no sólo intenta mostrar su aspecto mejor, sino también discutir y controlar las respuestas de los demás». La sociabilidad es esencialmente teatral: está hecha de apariciones, de puestas en escena, de poses y presentaciones que simulan la comunicación. (…)