Pandemia y filosofía política
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Resumen
Antes que económicos, éticos, o estrictamente sanitarios, los desafíos de la actual coyuntura son, sobre todo, políticos. Los sistemas de salud puestos en tensión, la coordinación entre los múltiples niveles de la gobernanza sanitaria, los planes de urgencia y de prevención que fueron o han debido ser puestos en marcha son todos constructos políticos, el fruto de mecanismos colectivos de decisión, el resultado de un conjunto de elecciones políticas. No basta, sin embargo, con detenernos a auditar un sistema tras un choque planetario, más real que todos los simulacros que hubiéramos podido siquiera imaginar. También nuestra inteligencia colectiva ha sido aporreada. La urgencia y el pánico ante la subestimación de los riesgos y la falta de preparación para ellos han conducido a medidas drásticas, inéditas, que nos han hecho recordar los tiempos más sombríos del siglo XX. Algo ha cambiado radicalmente y todavía no estamos en condiciones de nombrarlo; lo presentimos, evidentemente, lo sabemos en parte en relación con la puesta en cuestión de las certezas y con la obligación de adoptar otras costumbres, otros modos de relacionarnos, otros hábitos de trabajo, de vida y aun de amar a nuestros seres queridos (visitar a nuestros padres, celebrar a nuestros difuntos, etc.).