Respetar al peatón, un aporte para la construcción de paz
Contenido principal del artículo
Resumen
En algunas ciudades del mundo, pasar la calle es un desafío, pues ciertos conductores usan los vehículos como forma de amedrentar al peatón y demostrar poder. En Colombia, por ejemplo, mueren casi 7000 personas al año en incidentes viales que podrían prevenirse, y la cifra de víctimas no mortales, pero con incapacidades, es mucho mayor. Lo anterior, a pesar de que el Código Nacional de Tránsito Terrestre establece normas que, de seguirlas, protegerían la vida de los actores viales.
Como afirma Luis Alberto Castrillón López, investigador del foco de Humanización y Cultura: “Una lógica de las ciudadanías activas es propiciar el autocontrol social. Si en algo nos hemos excedido en este momento cultural, es en creer que las normas por dictaminarlas van a comprometer el comportamiento adecuado”. Por esto, varios grupos de investigación de diferentes áreas de la Universidad Pontificia Bolivariana, se han interesado en proponer una solución que influya en el comportamiento de los conductores para que los peatones puedan pasar la calle por los sitios permitidos, sin temor a ser atropellados y sin tener que esperar a que el flujo vehicular disminuya. Esto, a través de la presión social pacífica y de la aprobación al buen comportamiento y la reprobación al irrespeto.