La construcción de la ciudadanía en las democracias liberales
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Resumen
El buen funcionamiento de la democracia descansa, por supuesto, en las instituciones, pero, también, en los individuos. Éstos son, a fin de cuentas, quienes diseñan, hacen funcionar y promueven o exigen reformas institucionales. Del sentido de la justicia que tengan y vayan adquiriendo los individuos dependerá la justicia de la sociedad en la que viven. De ello, se deducen dos cosas: 1) la formación del ciudadano no es una tarea banal en la construcción de la democracia; 2) el bien y la justicia, lo que es bueno para cada uno y el ideal de justicia necesariamente compartido, quizá no puedan constituir dos ámbitos tan separados –el de la vida privada y el de la vida pública– como muchos filósofos actuales, y entre ellos, Rawls, han sugerido.