De la innovación social a la transformación humana y social: una nueva visión de la riqueza

Resumen

Hacia finales del siglo XX muchos investigadores sociales de diversos continentes se preguntaban cómo, a pesar del aumento de la riqueza mundial, de las invenciones y desarrollos para la solución de problemas sociales puntuales e, incluso, de la creciente importancia del capital social y relacional en la valoración del avance económico, todo esto no se traducía en un mejoramiento de la calidad de vida de muchas colectividades y, por el contrario, las desigualdades aumentaban en el mundo globalizado. Aparece a finales de la primera década del siglo XXI el concepto de innovación social como respuesta a la crisis social, política y económica que hizo visible la globalización. La innovación social favorece nuevas prácticas de diferentes actores sociales (y, en muchos casos, intersectoriales) para responder, de manera eficaz y diferente u original, a los problemas de sus colectividades. Los efectos positivos de la innovación social en la transformación de los individuos, de los grupos y de las sociedades han comenzado a hacerse visibles en variados contextos del planeta. En el IV Coloquio Internacional del Centro de Innovación Social –Crises- de Canadá, en 2014, se pueden leer algunos de estos ejemplos. Pero, de manera similar, y en entornos más cercanos, el IV Simposio de Innovación Social y Tecnológica de 2016, realizado en Medellín-Colombia, mostraba también experiencias latinoamericanas que vale la pena resaltar. En ese marco de realidad surge esta reflexión sobre el tema de la innovación social para la transformación humana y social.