El dulce lamentar de Garcilaso
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Resumen
En este extraño libro de "Los trabajos de Persiles y Segismunda" tiene Cervantes una exacta definición de la poesía: "La excelencia de la poesía es tan limpia como el agua clara, que a todo lo no limpio aprovecha; es como el sol, que pasa por todas las cosas inmundas sin que se le pegue nada; es habilidad que tanto vale cuanto se estima; es un rayo que suele salir de donde está encerrado, no abrasando, sino alumbrando; es instrumento acordado que dulcemente alegra los sentidos, y , al paso del delite, lleva consigo la honestidad y el provecho". El libro cervantino está escrito en los finales días de su vida, "puesto ya el pie en el estribo", de camino hacia la muerte, hacia esa muerte que iba viniendo con la mengua de sus esperanzas. Vamos advirtiendo en su lectura que los gestos de sus hombres están velados por la sombra, perdidos en una niebla de misterio, lejanos de los rotundos hechos de las vivas creaciones del Quijote, cuyos movimientos y actos tenían como fondo una cruda tierra desmesurada, un suelto y cristalino cielo. Ahora, cerca del misterio definitivo del hombre, sus palabras tienen el conmovido tono de un mensaje postrero, y se derrama por ellas algo sutil y consolador que el ojo humano logra atisbar. (...)