La Iglesia y el Negro en Norteamérica
Contenido principal del artículo
Resumen
El negro llegó a tierras norteamericanas, si no simultáneamente con el colono blanco, muy poco después y forma parte de los primeros contingentes humanos que comienzan a poblar las regiones donde Inglaterra sentó su soberanía. La Gran Bretaña no "tardó en darse cuenta de los pingües beneficios que producía la trata negrera. Los empresarios holandeses se habían adelantado en el negocio, y durante los primeros años del siglo XVII eran ellos los que ejercían un verdadero monopolio del tráfico con las colonias americanas. Pero a partir de 1618, la Corona inglesa autorizó la formación de compañías nacionales con el propósito de competir en la lucrativa trata. Nada menos que el Duque de York, luego Jaime II, figuró como uno de los directores de la Royal African Company, que se comprometió a remitir 3.000 esclavos anualmente a las colonias antillanas. (...)