Paralelo entre los sonidos musicales y los colores del espectro

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Jaime Pahissa

Resumen

Uno de los aspectos del espíritu científico es el de tratar de establecer relaciones entre las cosas o entre los fenómenos. Pero si el criterio empleado no es lo suficientemente sólido y profundo las relaciones que se establezcan serán, muchas veces, mas aparentes que reales. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando para demostrar el parentesco entre la música y la pintura, se dice, de una manera superficial: siete son las notas musicales, y siete los colores del espectro. Pero, es que no son siete los colores del espectro, como siempre se ha dicho, ni es de este tipo la reacción que hay entre la escala de los sonidos musicales y la gama de los colores, o sea, que no es por la aparente igualdad del número de sus elementos que existe un cierto paralelismo entre los sonidos y los colores, elementos primarios de la música y la pintura, sino que esta correspondencia es de otro orden y a descubrirla hemos llegado como resultado de los siguientes razonamientos. Siempre he sentido el deseo, el impulso, la necesidad, delante de un problema o de un fenómeno, de buscar su explicación. Tiempo hacía que me preocupaba el problema siguiente: sabido es que el espectro solar está formado por los tres colores simples: el rojo, el amarillo y el azul, más las combinaciones que resultan de la mezcla de cada uno de ellos con el contiguo: el rojo y el amarillo dan el anaranjado; el amarillo y el azul, el verde. (...)

Palabras clave:
Color en el arte Apreciación musical

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