Un respiro que transforma vidas

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Ginette Rocío Moreno Cañas

Resumen

Y sin parar de hablar de su madre, la señora Belén poco a poco cambió el rostro que reflejaba el cansancio del pasado, que le hacía estar hasta más de 12 horas preocupada solo por un corazón que ama, que está detenido en la memoria del tiempo, que no recuerda casi, que le ha traído tristezas, que le produce a veces cansancio físico y del alma, pero que le transmite amor, el amor que le ha enseñado a disipar los momentos difíciles. Zoraida pasa sus largos días cuidando del ser que le dio la vida, desde que amanece hasta que las nubes se ocultan, y cuando éstas ya no se ven, ella aún vela por el rostro que aunque duerme la desvela; ordena cada detalle para que un nuevo despertar le haga mirar los ojos que hoy atiende. Y así, pasan las horas, prepara el café, organiza su lecho, lava sus extremidades y hasta plancha el lino fino que pone en un día cualquiera, en un día común, con la esperanza de verla bella siempre a ella, a su madre. Al salir el sol, vuelve al camino otra vez, limpia la casa, organiza su boticario, hace de comer y sin pensar en reposo ella sigue viviendo lo que un día no esperó vivir. El domingo, cuando todos se levantan tarde, ella disipa el descanso de sus ojos, es el día más pesado de todos, porque no tiene manos ayudadoras, porque todos parten y hacen sus planes, los que ella ya no suele tener.

Palabras clave:
Intervención psicológica Sobrecarga Cuidadores informales Alzheimer

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